Mi primera asignación como pasante de Clarín es cubrir el recital de Bersuit Vergarabat desde el campo. Casi se siente como un rito de iniciación, una novatada para esta joven rubia estadounidense.
Un gimnasio de secundaria reciclado en sala para show, el espacio del microestadio de Ferro está forrado con un aro de básquet, un retrato borroso y solemne de un entrenador ya fallecido, una docena de instrumentos y micrófonos reposando en el escenario y médicos equipados con cascos. Me quedo pensando si los cascos son parte del uniforme habitual, o si son una precaución específica para lo que se esperaba esa noche .
En celebración del vigésimo quinto aniversario de Hijos del culo (2001), el público se conforma mayoritariamente de hombres de mediana edad con gorros de lana y anteojos