Era la misa dominical del pasado 17 de agosto, en la catedral de Puebla. “Recuerda señor a nuestros difuntos, te pedimos en especial por el maestro Leonel Herrerías Torres y por quienes han muerto víctimas de la violencia en México”, dijo con desazón el Arzobispo Víctor Sánchez.
El asesinato de Herrerías, de 30 años, cimbró a la sociedad poblana, no sólo por la vida truncada de un profesor reconocido a nivel local, sino por la saña: su cuerpo fue encontrado con múltiples lesiones al interior de su propia casa, en el municipio de Santiago Miahuatlán.
No es, por desgracia, caso aislado. En un recuento realizado por Crónica en el lapso de 40 días -del 7 de julio al 15 de agosto-, al menos siete maestros fueron agredidos o asesinados en el país. Historias trágicas ocurridas en Puebla, Tlaxca