¿Eres joven, pero ya notas arrugas, manchas o pérdida de elasticidad en tu piel? Esto puede deberse al envejecimiento prematuro, un proceso acelerado por el entorno o el estilo de vida.

La buena noticia es que la mayoría de los factores son controlables y prevenibles, por lo que identificarlos a tiempo es clave para dar un giro en tus hábitos.

Las principales causas son:

FUMAR

Las toxinas del tabaco dañan el colágeno y la elastina, provocando arrugas y un aspecto apagado.

ALIMENTACIÓN POCO BALANCEADA Y EXCESO DE ALCOHOL

El azúcar, los ultraprocesados y las bebidas alcohólicas afectan la firmeza y vitalidad de la piel.

DORMIR MAL

No descansar lo suficiente acelera el desgaste celular.

ESTRÉS CONSTANTE

Eleva el cortisol, una hormona que disminuye la producción de colágeno y apaga

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