En México, el tema de la seguridad debe convertirse en una prioridad real para todos, sin importar colores o preferencias. Esto implica dejar de lado su uso como instrumento de golpeteo político, sobre todo cuando tenemos más de dos décadas de avance sostenido de los grupos criminales, algunos incluso auspiciados por personajes como Genaro García Luna, hoy encarcelado en Estados Unidos precisamente por ese motivo.

En 2006, luego de unas elecciones que generaron serias dudas sobre la legitimidad del mandato presidencial, Felipe Calderón emitió una orden mediante la cual se desplegaron 6,500 efectivos del Ejército y la Policía Federal en Michoacán. Esta decisión, que buscaba generar legitimidad entre la población civil tras unos comicios plagados de irregularidades, derivó en una estrategia

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