Igual que el hijo dilecto de la hacienda Santa Teresa y el llanero del Pampero, son fijos en cada cantina, café, café bar o bar café de España.

Ocupan un lugar central en los exhibidores, destacando su liderazgo. Juraría que me han saludado.

Los he ido retratando en cada lugar al que voy, que, estando en distintas localidades me dan a entender que el ron venezolano tiene la última palabra.

Posaron orgullosos en Galicia y Córdoba, de extremo a extremo de la nación de Fuenteovejuna y Don Quijote, también en Barcelona.

Acompañados de otras marcas, en su mayoría americanas, se usan para preparar bebidas. Al consultar con los parroquianos, aun sin haberlos probado, coinciden en su buena reputación.

Iberia, al menos donde estuve, sigue siendo de vinos. Una copita de tinto y la “tapa”, un pl

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