La pareja conformada por Soledad de Mora y Diego Villala fue la gran protagonista del primer Concurso del Churro en Rivadavia. Con una receta que guarda secretos familiares transmitidos de generación en generación, lograron conquistar al jurado y al público, llevándose el primer puesto y un premio de $150.000. Sin embargo, detrás del triunfo hay una historia de esfuerzo, tradición y amor por un oficio que los acompaña desde hace décadas.
Diego tiene 33 años, nació en La Bebida, Rivadavia, pero hace seis años se instaló junto a Soledad en Villa Obrera, Chimbas. Se dedica a la elaboración de churros desde hace 20 años, una pasión que heredó de sus padres, quienes llevan más de tres décadas en el oficio. “Ellos me enseñaron todo. Yo crecí entre el aroma a masa frita y azúcar, viendo cómo t