La guerra entre Israel y Hamás ha entrado en un punto peligroso, donde la lógica militar y la realidad humanitaria se estrellan de frente. Benjamín Netanyahu ha repetido hasta el cansancio que la ofensiva no es contra Gaza ni contra los palestinos, sino contra Hamás: el grupo terrorista que el 7 de octubre de 2023 perpetró uno de los ataques más mortales en la historia de Israel, asesinando a más de 1,200 personas y tomando como rehenes a civiles israelíes. Desde entonces, la promesa del gobierno israelí ha sido clara: eliminar a Hamás de raíz.
Hay presión interna y miedo de que algo así vuelva a repetirse, y eso se convirtió en una justificación poderosa para una ofensiva sin concesiones. En la narrativa israelí, dejar a Hamás intacto sería equivalente a aceptar que los ciudadanos vivan