Tal día como hoy, el 9 de septiembre de 1091, los almorávides lograban que el sultán de la Taifa de Sevilla al-Mutamid se entregase y rindiese sin condiciones tras meses de sitio a la ciudad de Sevilla.
A inicios del S. XI, el califato omeya de Córdoba estaba llegando a su fin. Tras su abolición, la Península Ibérica musulmana quedó repartida en diversos núcleos de poder que serían conocidos como los Reinos de Taifas.
Cada Taifa hacía frente como podía a los reinos cristianos, pero también a las otras Taifas. Así fue hasta que, amenazados por el Reino de León tras la conquista de Toledo a manos de Alfonso VI ‘el Bravo’, las Taifas de Badajoz y Sevilla pidieron auxilio a los almorávides, soldados-monjes nómadas de las regiones del Sáhara.
Los almorávides desembarcaron en Algeciras el 30