Aunque los divorcios hace rato que ya no asustan a nadie, La guerra de los Roses (1989) mantiene su vigencia como un terrorífico retrato de la escalada de violencia matrimonial.

El filme de Danny DeVito que adaptaba la novela homónima de Warren Adler fue un hito de su tiempo, dejando marcadas escenas incómodas en que la pareja formada por Oliver (Michael Douglas) y Barbara Rose (Kathleen Turner) se embestía con sus coches, arruinaba veladas sociales con arrebatos abyectos y hasta coqueteaba con la violación y el asesinato a la vez que se profesaba amor mutuo.

Casi cuatro décadas después, el director Jay Roach (Austin Powers, La familia de mi novia) y el guionista Tony McNamara (Pobres criaturas, La favorita, The Great) readaptan la historia al presente con variantes decisivas en Los Rose

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