Ciudad de México. Meses después de abandonar la Fórmula Uno a finales de 2024, Sergio Pérez aún soñaba que competía sobre la pista. Al principio no extrañaba esa presión de estar todo el tiempo de viaje y en competencia, pero su mente y sus acciones le demostraban que no se había ido por completo. Cada fin de semana de carreras se levantaba muy temprano para ver a sus ex colegas en los distintos circuitos de esta temporada en la que ya no participaba. Y, sobre todo, no quiso correr en otras categorías del automovilismo; quería mantener intacta su memoria corporal con el recuerdo vivo de los monoplazas del Gran Circo. Todo este tiempo –admite– fue un piloto en vacaciones prolongadas.

Un día después de que Cadillac, el nuevo equipo en la Fórmula Uno, anunciara la esperada confirmación de q

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