A lo largo de la historia del cine, existen escenas que el espectador no se conforma con ver solo una vez. Secuencias tan intensas, sugerentes o polémicas que invitan a detener la película para observarlas con detalle. Desde la época del VHS hasta las plataformas de streaming, este gesto de “pausar” revela lo que más atrapa la atención: desde la curiosidad erótica hasta el afán de descubrir un detalle oculto.

Uno de los ejemplos más recordados es Bajos Instintos (1992). En un interrogatorio, el personaje de Sharon Stone, Catherine Tramell, cruza las piernas en una jugada que mezcla desafío, control y sensualidad. Lo que pudo ser un gesto mínimo se transformó en un ícono cultural y en una de las escenas más pausadas de todos los tiempos.

Algo similar ocurrió con Showgirls (1

See Full Page