“Si yo hablo, armo un quilombo padre”. Eso le habría transmitido el desplazado titular de la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis), Diego Spagnuolo, a sus amigos más cercanos, a los que también les habría advertido que teme por su vida y mientras evalúa presentarse en la Justicia como arrepentido -por lo pronto ya designó a un abogado, Ignacio Rada Schultze, que se presentó para ver el expediente que tramita el fiscal Franco Picardi-, tras el escándalo de los audios que se le atribuyen y en los que habla de un presunto esquema de coimas que salpica a empresarios y a funcionarios clave del Gobierno como la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, y a su asesor, Eduardo “Lule” Menem.

Los dichos puestos en boca de Spagnuolo -los primeros desde que estalló el caso- fueron dados

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