La memoria de una ciudad suele ser volátil . Filadelfia había pasado las últimas 48 horas mascullando el sabor amargo de la derrota al ser barridos por Nueva York y encendiendo las alarmas por la caída de los Phillies . La frustración se olía en los bares, en las pláticas de oficina y hasta en el metro. Pero esa misma ciudad sabe volcarse en júbilo con la misma velocidad con la que el viento cambia de dirección . Bastó con cuatro swings para que la depresión colectiva se transformara en delirio.
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Kyle Schwarber fue el protagonista del cambio de narrativa . En una sola noche, puso su nombre al lado de Lou Gehrig, Willie Mays y Mike Schmidt , conectando cuatro cuadrangulares contra Braves en una