En la primavera de 1947, la vida cotidiana de Aldea Moret , barriada minera de Cáceres, se vio sacudida por un acontecimiento insólito. Una niña de apenas siete años, Mercedes Trejo Medina , a la que todos llamaban Merceditas , aseguró haber visto a la Virgen junto al Niño Jesús en las ruinas de un viejo malacate, un artilugio utilizado para extraer mineral de la mina.
El relato se difundió con rapidez. En un país marcado aún por las privaciones de la posguerra, la noticia encendió la esperanza de miles de personas que acudieron a la barriada minera para acompañar a la pequeña en sus rezos. Durante semanas, Cáceres vivió una de las mayores concentraciones populares de su historia reciente, en torno a una visión que nunca llegó a convertirse en milagro.
El eco de Fátima
El episodio