Primera fecha de la actual liga española. Ya se iba el partido, Espanyol y Atlético de Madrid igualaban 1 a 1. Salió un centro insulso al área desde la derecha de El Hilali que no debía tener consecuencias, la pelota ya caía al pasto. No obstante, Pere Milla, veterano delantero catalán, decidió aprovecharla igual.
Para escaparle a la marca del francés Le Normand y anticiparlo, Milla corrió hacia atrás, al encuentro de la pelota, quedando de espaldas al arco; cuando llegó la bola, agachándose casi, dio un giro de 60 grados de su cuello y la impactó de cabeza de manera que el esférico tomó el rumbo deseado y se coló en el ángulo alto del notable arquero Jan Oblak.
El cabezazo fue una joya que habría que pasarles a los chicos en las escuelas. Un gesto técnico dificilísimo, magistral, que le