Afectos, emociones, virtudes, carácter, habilidades para la vida, bienestar… Desde hace tiempo, el lenguaje de las políticas educativas incorporó con fuerza un vocabulario referido a una dimensión que durante mucho tiempo se consideró ajena al territorio de la escuela, enfocada en lo cognitivo y lo académico. Cada vez más, esas dos caras – la afectiva y la racional – se piensan entrelazadas: la escuela es un lugar de aprendizaje , pero también un espacio de encuentro con otros y de desarrollo subjetivo .

Con distintos marcos, la mayoría de las propuestas de reforma de la escuela secundaria que están impulsando las provincias incorporan entre las prioridades el bienestar integral de los estudiantes y los docentes. En algunas jurisdicciones, es uno de los pilares explícitos de l

See Full Page