El Superclásico, ese partido aparte dentro del campeonato, esa “condecoración” que quieren los equipos grandes para adornar el año, vuelve a ser de Colo Colo. La edición 198 del partido mayor del balompié criollo terminó en victoria alba por la cuenta mínima sobre Universidad de Chile, para retomar esa antigua costumbre de imponerse al rival más enconado.

Con realidades distintas, lo que era común era la necesidad de ganar. No había margen para un tropiezo. El empate era malo para albos y azules. Con ese escenario, los más optimistas proyectaban un duelo efervescente y animado. En un choque donde la pizarra se imponía, la insistencia del local (con uno más en el campo) tuvo su premio cerca del epílogo.

El Cacique no tenía permitido perder otro clásico en el año. Era la mochila para Hugo

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