El Senado de Colombia se prepara para elegir a un nuevo magistrado de la Corte Constitucional, una decisión crucial que podría definir el futuro político del país. Esta votación es considerada la más significativa en los últimos tres años, ya que determinará si el presidente Gustavo Petro logra consolidar mayorías en el alto tribunal, encargado de proteger la Constitución frente a las decisiones del Gobierno y el Congreso.

Los candidatos en la contienda son Carlos Camargo, María Patricia Balanta y Jaime Humberto Tobar. La elección se llevará a cabo mediante un voto limpio en la plenaria, donde tanto los partidarios del Gobierno como la oposición afirman contar con los votos necesarios para respaldar a su candidato. Balanta, quien cuenta con el apoyo del presidente Petro, ha sido promovida en una reunión en la Casa de Nariño, lo que podría facilitar su elección y otorgar al mandatario mayor control sobre la Corte.

La posible elección de Balanta se apoyaría en una alianza entre el Pacto Histórico, Comunes y algunos miembros del Partido de la U y el Liberal, quienes estarían dispuestos a votar por ella en reemplazo del magistrado José Fernando Reyes. Sin embargo, la situación es compleja, ya que el expresidente César Gaviria, líder del Partido Liberal, ha instado a no votar por la candidata de Petro, lo que podría complicar la estrategia del Gobierno.

Por otro lado, Camargo, quien ha sido defensor del Pueblo y presidente del Consejo Nacional Electoral, tiene una larga trayectoria en el ámbito político y podría beneficiarse de su relación con diversos sectores. A pesar de que el Gobierno no ha logrado imponerse en temas como la consulta popular, ha conseguido nombrar a magistrados afines a su ideología.

La tensión en el Senado ha aumentado, con el presidente convocando a su bancada para revisar los votos a favor de Balanta. Mientras tanto, la oposición también está movilizándose para respaldar a Camargo, afirmando que podrían contar con hasta 60 votos de liberales, conservadores y otros partidos.

La elección de un nuevo magistrado de la Corte Constitucional es un evento sin precedentes desde la Constitución de 1991, y su resultado podría tener un impacto duradero en el panorama político de Colombia.