Ciudad de México, 1 de septiembre. Ni brujas ni “los ángeles de la casa”, mucho menos solo madres de familia. Las mujeres en la Edad Media fueron sabias , muchas de ellas dedicadas a un oficio que involucró una formación especializada y erudita: la edición de libros . Sin embargo, su papel e importancia histórica “fue invisibilizada durante siglos por un discurso de la autoridad científica androcéntrica basado en los aportes masculinos”.

Así lo explica Gladys Lizabe, fundadora y directora del Centro Interdisciplinario de Estudios sobre las Mujeres (CIEM) de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo, Argentina.

La investigadora lleva más de cuatro décadas siguiendo la pista a esas “genias” medievales que tuvieron acceso a la cultura, a las bibliotecas,

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