Llegó septiembre, un mes de finales y principios. Se terminan las vacaciones, el verano con su alegría integrada, planes, reencuentros. También, por fortuna, se han acabado los incendios que este año lo han teñido de rabia, impotencia y tristeza. Se reinicia el trabajo, la rutina, proyectos que han permanecido en pausa durante estos meses. Agradable, ilusionante y motivador para algunos. Para otros supone estrés o depresión. Comienza un nuevo curso escolar, este año llega con un alarmante encarecimiento del que ha advertido la OCU. Y con incertidumbre. Los profesores se encuentran, en general, descontentos y desmotivados. Debido a sus condiciones laborales, los continuos cambios en las leyes de educación, el reto que supone adaptarse a nuevos métodos de enseñanza y muchas otras inquietudes
Es lo que hay

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