Hay en lo más profundo de la sierra de Aralar , un valle de verde inmaculado, acurrucado al cobijo de los grandes picos, colgado a más de mil metros de altura; se trata de Alotza. Caminar por su alfombra de hierba,es un impresionante regalo para los sentidos; quien esto escribe guarda con mucho cariño las primeras rutas por este paraje de belleza cautivadora . En mitad de las praderas de altura que forman el valle, un menhir guarda los secretos de la vieja mitología, pero también algo más desconocido: la herencia de los viejos usos pastoriles que le dan esa pátina de lo insólito que buscamos en nuestros caminares.
Me gusta partir desde el aparcamiento del área de Zamao, en el barrio de Larraitz, que pertenece al pueblo de Abaltzisketa, aún de noche, y tomar la pista que poco a