Por tercer año consecutivo, el Gobierno intenta pasar un presupuesto nacional que depende de ingresos que no existen. Y por segundo año, lo hace buscando amarrar el proyecto de presupuesto a uno de reforma tributaria.
Es la consecuencia de un deterioro en el manejo de las finanzas públicas durante ese periodo que cada vez luce más complicado. Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, explicó en EL TIEMPO que los problemas fiscales tienen dos causas estructurales: un aumento permanente del gasto público desde la pandemia y proyecciones de recaudo infladas que no se han materializado. Su análisis y el de otras voces expertas muestran este desarrollo que desembocó en la crisis:
En 2023 la crisis comenzó a ser más visible luego de que tras la primera reforma tributaria impulsada por el