La aspiradora de pesos va a seguir encendida hasta matar la inflación. No importa lo que cueste en términos de actividad, la sequía de plata va a seguir. Y si hay pesos, las tasas estratosféricas se encargarán de seducirlos e inmovilizarlos. Ni plan platita, ni reintegro de IVA, ni bono adicional a jubilados, estatales o hasta privados, ni suspensión del impuesto a las Ganancias para asalariados, como pasó varias veces en períodos electorales de la Argentina. Nada de nada.
El escenario es inédito: el país se asoma a una elección de medio término con los motores del consumo deliberadamente apagados. Los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, de Mauricio Macri y de Alberto Fernández (con el plan platita de Sergio Massa) alentaron a más no poder esas velas, confiados en que el bienestar co