El Porsche Macan eléctrico nació con la ambición de ser el referente entre los SUV premium de su categoría. La marca alemana lo presentó como un coche moderno, deportivo y cargado de tecnología. Sin embargo, desde su llegada, arrastra un inconveniente que no termina de resolverse: sigue siendo un eléctrico con más promesas que certezas . Y eso, en un modelo que supera los 80.000 euros , es difícil de justificar.
En Porsche confiaban en que el diseño más agresivo, el interior avanzado y el prestigio de la marca serían suficientes para conquistar al público. Pero el verdadero desafío estaba en otro lado: la autonomía y la carga . Ahí es donde el Macan eléctrico no logra convencer. Tanto es así que ya se prepara la llegada de un Macan de combustión , un movimiento que evidencia que