Decenas de miles de manifestantes antigubernamentales marcharon nuevamente en Serbia el lunes, mientras policías antidisturbios custodiaban las oficinas del presidente Aleksandar Vucic, quien ha amenazado con reprimir a aquellos que protesten contra su gobierno.

La protesta, encabezada por estudiantes de secundaria y universitarios, se llevó a cabo 10 meses después de que un dosel de concreto se vino abajo en una estación de tren en la ciudad de Novi Sad, en el norte de Serbia, lo que dejó 16 muertos. El desastre desató una ola de indignación pública, y se dijo que en gran parte se debió a corrupción estatal y negligencia.

Las protestas del lunes se efectuaron en la capital Belgrado y en otras ciudades del país. En Novi Sad, policías que blandían porras cargaron contra manifestante

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