Salvador Illa, presidente de la Generalitat de Cataluña, se reunió este martes con Carles Puigdemont en Bruselas, marcando un hito en la política catalana. Este encuentro, que tuvo lugar a las 16:15 horas en la embajada de la Generalitat, se produce en un contexto de reivindicaciones políticas y judiciales. Illa ha justificado la reunión como un paso necesario para fomentar el diálogo en democracia, afirmando: "Dije que me reuniría con el president Puigdemont cuando tocase, y yo creo que ahora toca para enviar un mensaje".
Puigdemont, quien se encuentra en Bélgica desde 2017 para evitar ser detenido por su papel en el referéndum ilegal del 1-O, ha estado reclamando una amnistía política que le permita regresar a España sin riesgo de arresto. Aunque el Tribunal Constitucional ha avalado la ley de amnistía, el Tribunal Supremo aún no ha permitido su aplicación en su caso, lo que mantiene a Puigdemont en el exilio.
El encuentro se enmarca en una serie de reuniones que Illa ha mantenido con expresidentes de la Generalitat, y se considera un intento de normalizar las relaciones políticas en Cataluña. Illa ha expresado su deseo de que esta reunión se hubiera realizado en el Palau de la Generalitat, pero ha reconocido que el momento actual es propicio tras el respaldo del Tribunal Constitucional a la amnistía.
El contexto de la reunión también está relacionado con la necesidad de apoyo para los presupuestos del Gobierno español. Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, ha manifestado que la reunión entre Illa y Puigdemont puede facilitar la negociación presupuestaria, aunque ha negado que su objetivo sea asegurar el apoyo de Junts para las nuevas cuentas.
La reunión ha generado reacciones diversas. El Partido Popular ha criticado el encuentro, considerándolo un "chantaje" y una falta de respeto hacia los catalanes. Su líder, Alberto Núñez Feijóo, ha acusado a Illa de no ser "de fiar" y de intentar sustituir a otros negociadores en las conversaciones con Puigdemont. Por su parte, Vox ha calificado la reunión como una "evidencia" del chantaje al que el separatismo ha sometido a España.
En resumen, la reunión entre Illa y Puigdemont en Bruselas representa un momento significativo en la política catalana, con implicaciones tanto para el futuro de la amnistía como para la negociación de los presupuestos estatales.