Cuando Steve Jobs regresó a Apple en 1997, se encontró con una compañía al borde de la bancarrota, consecuencia de una serie de malas decisiones tomadas por los mismos ejecutivos que, años atrás, lo habían despedido. Para revertir esta crisis y evitar la quiebra, el empresario inició una serie de cambios que, en su momento, generaron tanto sorpresa como controversia.
Por ejemplo, Steve Jobs contactó a Microsoft, uno de los principales rivales, para obtener una inversión de 150 millones de dólares, a cambio de que Internet Explorer sea el navegador predeterminado de las Mac. Asimismo, Bill Gates tendría acciones de la compañía, pero sin derecho a voto. El trato se cerró y durante un evento recordado, ambos anunciaron la inesperada alianza.
Otra de las medidas que tomó Steve Jobs tras