En la dinámica cotidiana de una ciudad como Barquisimeto, donde el ajetreo y el uso constante de la tecnología son la norma, una nueva epidemia de salud está tomando forma, silenciosamente y sin pedir permiso. Es la factura que nos cobra el sedentarismo y, sobre todo, la mala postura, manifestada en dolencias que van desde un persistente dolor de espalda hasta el insidioso síndrome del túnel carpiano.

La vida moderna, cada vez más atada a un escritorio o un teclado, está generando una crisis de bienestar físico que muchos ignoran hasta que es demasiado tarde. Las horas sentados, con la espalda encorvada y el cuello adelantado, junto con los dedos martillando sin cesar, son una receta para el desastre.

Para entender la magnitud de este problema, conversamos con Miguel Molina, un fisiotera

See Full Page