Corren las últimas horas de cara a la elección bonaerense del 7 de septiembre y el peronismo se ve en una situación impensada meses atrás. Lo que se asumía como una derrota segura en las urnas frente a un Gobierno nacional fortalecido hoy viró hacia el entusiasmo frente a una elección muy reñida y hasta una posible victoria . Lo que era un peronismo partido y enfrentado internamente se terminó de acomodar, al menos por ahora, tras la confirmación del desdoblamiento electoral y los cierres de listas que dejaron a Kicillof con la capitanía del proceso. La persistente caída de la situación económica, sumada a los escándalos de corrupción, sumieron al gobierno de La Libertad Avanza en una crisis política que configura el marco ideal para que el peronismo consiga su gran objetivo político en

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