Los videos son de un realismo impresionante: muestran mujeres en bikini realizando entrevistas en la calle y provocando comentarios obscenos, pero son falsos, generados por inteligencia artificial para inundar las redes sociales con contenido sexista.
Estos contenidos, creados masivamente con herramientas de Inteligencia Artificial (IA) de baja calidad, a menudo desplazan a las publicaciones auténticas y desdibujan la línea entre la ficción y la realidad.
Esta tendencia ha dado lugar a una industria artesanal de influencers que producen en serie contenido sexualizado, motivados por los programas de incentivos de las plataformas que recompensan con dinero las producciones virales.
Muchos clips generados por IA, llenos de humor grosero, pretenden mostrar entrevistadoras con poca ropa en l