Vivimos en una habitación con dinamita en las paredes y ni siquiera sabemos de dónde viene la amenaza. La potente metáfora la utiliza el presidente de Estados Unidos (Idris Elba) —“la escuché en un pódcast”— y también le gustó a Kathryn Bigelow, la primera mujer en ganar un Óscar a la mejor dirección, por En tierra hostil en 2010. Ahora, tras ocho años de silencio, vuelve con un thriller político de alta tensión, House of Dynamite , en concurso en la Mostra de Venecia.

La película narra los veinte minutos que preceden al impacto en suelo estadounidense de un misil nuclear, detectado por los especialistas de la “situation room” de la Casa Blanca, bajo la coordinación de una joven oficial (Rebecca Ferguson), sin lograr detener su trayectoria. En poquísimo tiempo, las estructuras se ponen

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