La última edición del informe Latam Pulse, presentada el 2 de septiembre de 2025, revela un panorama complicado para el presidente de Colombia, Gustavo Petro. Con solo 340 días restantes en su mandato, que finalizará el 7 de agosto de 2026, la percepción de su gestión es mayoritariamente negativa.

Según la encuesta realizada entre el 20 y el 25 de agosto a 4.200 adultos, el 61,6% de los consultados desaprueba la forma en que Petro está conduciendo el Gobierno, mientras que solo el 34,1% lo aprueba. Un 4,4% no supo o no quiso responder. Aunque la desaprobación sigue siendo alta, se observa una ligera mejora respecto a julio de 2025, cuando el índice negativo alcanzó el 65,6%, y el positivo era del 30,2%.

En cuanto a la evaluación general del Gobierno, los resultados son igualmente preocupantes: el 53,5% de los encuestados lo califica como malo o muy malo, mientras que solo el 30,7% lo considera excelente o bueno. Un 15,2% lo ve como regular y un 0,6% no sabe.

La muestra de la encuesta refleja la diversidad de la población colombiana. De los 4.200 participantes, el 53% son mujeres y el 47% hombres. En términos de edad, el grupo de 25 a 34 años representa el 22,6%, seguido por el de 45 a 59 años con el 23,5%.

En cuanto al nivel educativo, el 71,2% de los encuestados tiene educación primaria o secundaria, mientras que el 28,8% cuenta con estudios superiores. En relación a los ingresos, el 40% reporta percibir entre $900.000 y $2.000.000 mensuales.

La metodología utilizada para esta encuesta fue el Random Digital Recruitment (RDR), que permite reclutar participantes de manera orgánica durante su navegación en la web, evitando sesgos comunes en encuestas tradicionales. Esta técnica asegura una mayor representatividad y calidad en los resultados, que fueron ajustados mediante un algoritmo que considera diversas variables demográficas.

El margen de error de la encuesta es de más o menos un punto porcentual, con un nivel de confianza del 95%, según la ficha técnica publicada por AtlasIntel y Bloomberg. La situación política de Gustavo Petro se presenta como un desafío significativo a medida que se acerca el final de su mandato.