"Tenemos 14 residencias de adolescentes y 15 residencias de infancias en toda la provincia. No todos los niños están declarados en adoptabilidad", indicaron a Elonce. Remarcaron que se trabaja "en un abordaje integral para darles contención".
Muchos niños y adolescentes viven en hogares mientras esperan ser adoptados. Su rutina combina escuela, actividades recreativas y tareas cotidianas, pero la espera puede ser larga y repetitiva. La convivencia con otros chicos se vuelve fundamental, aunque también puede ser difícil, sobre todo cuando ven que algunos compañeros se van a nuevas familias y ellos quedan atrás.
¿Cuál es el impacto emocional de estas separaciones? ¿Cómo influyen los tiempos administrativos y de la justicia en que un niño pueda salir de un hogar y comenzar una nueva vida?