En Vietnam, hay una calle que late al ritmo del traqueteo metálico. Es angosta, apenas un pasillo bordeado por cafés con faroles de colores, y cada vez que la locomotora colonial asoma, el silencio se rompe con celulares en alto y gritos de asombro . Un viajero del Voy, en un café, y mostró en un video como a centímetros de su mesa, el tren avanzó a unos 10 km/h y convirtió lo cotidiano en espectáculo.
Lo llaman la “calle del tren”, y más que un rincón pintoresco, se volvió la postal más buscada de la capital vietnamita. Aquí, turistas de todo el mundo esperan la descarga de adrenalina de ver pasar un convoy a un brazo de distancia mientras toman un café helado. “Sentí que nunca más viviría algo así”, confiesa en AFP Helena Bizonova, una viajera eslovaca que quedó deslumbrada por