La compra de propiedades residenciales en New York está al alcance tanto de ciudadanos estadounidenses como de inversores extranjeros , sin restricciones legales específicas.
Sin embargo, los compradores deben tener en cuenta diversos impuestos que pueden influir en el costo final de la operación.
Por ejemplo, al adquirir un inmueble valorado en más de 1 millón de dólares, el comprador enfrenta el "mansion tax", un impuesto estatal del 1 %. Además, la ciudad aplica tasas de transferencia: el 1 % para ventas inferiores a 500.000 USD y 1,425 % para montos superiores. Y, al mismo tiempo, el estado impone un 0,4 % adicional.
Para el caso de vendedores extranjeros , existe el FIRPTA (Foreign Investment in Real Estate Property Tax), que grava la venta, aunque puede ser reembolsado s