La Secretaría de Salud lanzó una advertencia contundente: el consumo frecuente de refrescos y otras bebidas azucaradas no solo afecta el estado físico de quienes los ingieren, sino también el cerebro , provocando efectos comparables a los del tabaco o el alcohol.

El secretario de Salud, David Kershenobich Stalnikowitz , explicó durante la conferencia La Mañanera del Pueblo que el azúcar genera una liberación de dopamina —el neurotransmisor asociado al placer—, lo que provoca que el cerebro aumente su tolerancia y demande cada vez más cantidad.

“ Su efecto es similar al de drogas como el cigarro o el alcohol, que incitan al consumo repetido ”, puntualizó.

Impacto en niños y adolescentes

La dependencia alertó que los menores de dos años tienen el doble de probabilidad de consu

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