En medio de la rutina diaria, con el bullicio de los altavoces anunciando la llegada de los trenes y la habitual congestión de las horas pico, un nuevo tipo de acoso ha comenzado a inquietar a los usuarios frecuentes del Metro de Medellín. Un fenómeno silencioso, pero creciente, que se vale del señalamiento falso y la vergüenza pública como forma de manipulación.

Los hechos ocurrieron en la estación San Antonio, uno de los puntos más concurridos del sistema, hacia las 6:30 a.m. Un hombre de más de 50 años —quien relata este hecho en primera persona— fue blanco de una estrategia cuidadosamente ejecutada por dos mujeres.

En la fila de ingreso, cuando el torniquete parecía ser la única barrera a superar, ellas colocaron la mano como si fueran a usar la tarjeta Cívica, pero no lo hicieron. A

See Full Page