Es probable que al presidente de la Generalitat , Salvador Illa , la tarde de ayer le resultara tan atractiva como una cita con el dentista. Y es que no todo el mundo aprecia los interesantes perfiles de Carles Puigdemont , el hombre que lleva desde noviembre de 2017 esquivando a la Justicia, como Richard Kimble en El Fugitivo . Stoneweg pierde su icónica marca de restauración Belbo
Para Puigdemont, en cambio, el encuentro con Illa supone el comienzo de una nueva etapa. El precursor de los nómadas digitales, el hombre que rige los destinos de un partido catalán y sostiene la legislatura desde Waterloo, ha alcanzado un cierto estatus de institucionalidad , según la interpretación de algunos medios.
El paso dado por Illa restaura en Puigdemont una cierta condición política. Qu