Fue adicto a todo. Alcohol, marihuana, cocaína. Crack, heroína, opiáceos. Sexo, porno y reinas del porno (estas últimas dos parecen lo mismo pero por supuesto no lo son: su fama y su dinero le permitían llegar hasta las actrices porno reales). Hasta fue adicto a una crema de testosterona que dice que lo volvía loco, que lo convertía en un maldito lunático.

Entró a rehabilitación muchas veces, muchas veces recayó. Siempre de manera pública. Cada recaída era tapa de los medios sensacionalistas que se enteraban y cuando se acercaban a él buscando alguna respuesta escandalosa, Charlie Sheen siempre les daba el gusto. Más material para el escarnio.

Su caída fue larga y pública. Atroz . Cayó desde muy arriba, desde la cima. Fue el actor mejor pago de la historia de la televisión. Por

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