La reciente decisión del presidente Donald Trump de desplegar una gran operación en el Caribe, con el objetivo de bloquear el tráfico de cocaína en la región, representa una ofensiva directa contra las organizaciones narcotraficantes que operan principalmente desde Venezuela. Entre ellas, se destacan el denominado Cartel de los Soles y el Tren de Aragua, ambos señalados de estar bajo el control del régimen de Nicolás Maduro. A esta estructura transnacional se suman los grupos colombianos, especialmente el ELN y las disidencias de las Farc, que actúan en la zona fronteriza y que, bajo el pretexto de la política de “paz total”, han encontrado un ambiente favorable en el actual gobierno del presidente Gustavo Petro.

Lejos de debilitar a estos grupos, dicha política ha servido para fortalecer

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