Dos líderes de centro izquierda en un contexto internacional en el que la derecha y la extrema derecha marcan cada vez más el paso, desde los Estados Unidos hasta Europa. Pedro Sánchez y Keir Starmer resaltaron ayer en Londres la importancia de la socialdemocracia en el nuevo orden global, de sus valores humanitarios y su visión moral en cuestiones como Ucrania, Gaza, la inmigración y la crisis medioambiental.
Ideológicamente próximos, Sánchez envidia de Starmer la estabilidad política de su Gobierno y su mayoría absoluta, mientras que Starmer envidia de Sánchez la libertad con la que puede criticar al presidente estadounidense Donald Trump y denunciar el genocidio en Gaza, terrenos en los que él –prudente para unos y pusilánime para otros– se anda con mucho más tiento.
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