“Llevo 53 años de carrera y sigo como el primer día”, dice con orgullo el maestro Alberto Pedro González Quevedo –más conocido como Jerónimo–, la voz que inmortalizó Siempre te voy a querer , uno de los himnos universales de la balada romántica de finales del siglo pasado. “Sigo produciendo, componiendo y, según mis fans, cantando mejor que nunca”, sonríe.
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Su historia comenzó en un pequeño pueblo llamado Las Carabelas y, aunque recorrió escenarios por todo el mundo, nunca se desprendió de sus raíces. “El hombre, cuando deja de ser lo que es, se pierde”. Y él jamás quiso perderse ni alejarse de lo que más lo identificó como persona y como artista.
Aunque cantaba desde los cuatro años, su destino cambió el día en que Leo Dan, figura emblemática de la música argentina, lo e