En una sala del tercer piso de un discreto edificio en Tokio, las últimas geishas de la capital nipona se trasladan con pasos medidos, acompañadas por melodías tradicionales. Estas mujeres, ubicadas en el barrio de Shinbashi cercano al Palacio Imperial, practican diariamente para el Azuma Odori, un espectáculo de danza que cumple su centenario este año.
Del 21 al 27 de mayo, geishas de 19 regiones japonesas compartirán escenario por primera vez con sus colegas de Shinbashi, que actualmente suman apenas unas cuarenta. Este evento resalta la tradición milenaria que representan, aunque se señala que muchos en Japón no conocen a fondo la realidad de las geishas, según el escritor y especialista Hisafumi Iwashita.
A menudo, el imaginario popular asocia a las geishas con la figura de cortesana