Ester Flores recuerda que hace un año debía ahorrar toda el agua que podía y pedir a sus vecinos que le “prestaran una o dos cubetas para lavar los trastes”. Ahora, la situación es completamente diferente: cada semana recibe agua corriente que le permite a ella y a su familia hacer sus actividades sin preocupaciones.

Flores vive en la alcaldía Tlalpan, en el sur de Ciudad de México. “Todos los lunes escucho cuando llega el agua y aprovechamos para lavar la ropa o el patio y nuestro tinaco se queda lleno”, dice a CNN.

El cambio se explica, en alguna medida, por las “lluvias históricas” registradas en la capital en los últimos meses que han elevado considerablemente los niveles del Sistema Cutzamala —una red de embalses, estaciones de bombeo, canales y túneles— que suministra aproximadamen

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