Gabriel Azorín tuvo la idea que ha acabado convirtiéndose en su primer largometraje, la coproducción catalana que acaba de presentar en la Mostra de Venecia fuera de competición , mientras se daba un baño. Pero no uno cualquiera: se encontraba en las termas adyacentes al complejo arqueológico romano Aquis Querquennis, en Orense . “Al hacerse de noche, me quedé solo en una de sus bañeras, que tienen forma de sarcófago, y me encontré frente a un cielo estrellado increíble”, recuerda el director albaceteño. “Pensé en cuánta gente habría estado en esa misma situación a lo largo de los siglos y de los milenios, y entonces me sentí muy pequeño pero, a la vez, muy bien acompañado”.
Evocadora del cine de Albert Serra tanto por su ritmo pausado como porque funciona más como una sucesión d