Luis Martínez Venecia Venecia Actualizado Jueves, 4 septiembre 2025 - 21:32

La cuestión siempre es la misma. ¿Quién cuenta las historias? ¿Quién dicta las preguntas? Y más radical aún, si la frontera que separa la realidad de su representación no es más que una ilusión, un azaroso juego de poder, de pasión y de mentiras, ¿tiene sentido si quiera la propia posibilidad del sentido? De otro modo: ¿por qué el ser y no más bien la nada? La duda hamletiana no es tanto un artificio dramático, que también, como la consciencia perfecta del límite. Y ahí coinciden tanto la majestad de un príncipe danés destronado como el linaje de un caballero manchego loco llamado Quijote. En el tercer acto de Hamlet , recuérdese, todo queda, de puro confuso, perfectamente claro. Aún más. El asesinato

See Full Page