Corría el año 1849 cuando unos campesinos, en las inmediaciones de Monzón de Campos (Palencia), hallaron lo que parecía un objeto insólito: una escultura de bronce con forma de león, decorada con escritura cúfica . Se encontraba en un escondrijo de las ruinas del antiguo castillo-palacio de la localidad, derruido por la construcción de una línea ferroviaria, y no debe confundirse con el castillo que aún se conserva en el centro del pueblo.

Junto al león, apareció un mortero metálico con la misma inscripción: «Bendición perfecta / Felicidad completa» . Ambos objetos pasaron a manos del entonces propietario del terreno, Miguel Jalón, marqués de Castrofuerte. El mortero acabaría en el Museo Víctor Balaguer ; el león, en cambio, iniciaría un periplo internacional.

Inicialmente, la es

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