El personal del hospital South Shore en Weymouth, en Massachusetts (EEUU), se encontró con una escena inquietante: un cadáver envuelto en mantas y cinta adhesiva, abandonado en el asiento trasero de un Honda Civic frente a la sala de emergencias.
De acuerdo con la información reseñada por People y otros medios, el cadáver pertenecía a Declan Perry, un joven chef de Maine de 27 años. Lo que parecía un acto desesperado por buscar ayuda médica pronto se tornó en una investigación por homicidio, cuando el presunto responsable, Christopher Caron, aseguró a los vecinos que el bulto que transportaba era simplemente un “maniquí”.
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Sin embargo, la versión oficial reconstruida por la