Blanca (nombre ficticio) es profesora en Figueres y vive en Lleida. Cada jornada, antes de entrar en el aula, tiene por delante seis horas de viaje al volante: 600 kilómetros en total que han terminado por pasar factura a su salud. “He cogido miedo a conducir” , reconoce. La ansiedad se ha convertido en un compañero habitual desde que comenzó un nuevo curso marcado por las largas distancias, en el que ninguna alternativa de transporte resulta viable: en tren, el trayecto se alargaría hasta las ocho horas.
El año pasado tampoco tuvo tregua. Fue destinada a Santa Coloma de Gramenet y sumaba entre cuatro y cinco horas diarias en carretera : “En cuanto a salud mental terminé muy mal y cogí miedo y ansiedad a la hora de conducir”, explica. La repetición de una situación similar este cu