Apodado el “Pinochet africano”, Hissène Habré -expresidente de Chad- fue durante décadas sinónimo de miedo y represión.
Pero 26 años después de ser derrocado, en mayo de 2016, su nombre también se convirtió en sinónimo de justicia internacional, al ser el primer exjefe de Estado en ser condenado por delitos contra los derechos humanos en los tribunales de otro país.
Su implacable perseguidor fue el abogado estadounidense Reed Brody, llamado por varios medios el “cazador de dictadores”, quien lideró una compleja -y, a ratos, frustrante, admite- defensa de las víctimas de Habré, quien tomó el poder de la antigua colonia francesa en 1982.
En su libro “Atrapar a un Dictador” -que en mayo lanzó su primera edición en español- Brody cuenta detalles inéditos del largo proceso judicial para el q